Anoche tome el teléfono…
marque un número que tenía en un papel arrugado.
Ella… me atendió con sorpresa,
acepto inmediatamente mi invitación,
para tomar varias tazas de café y
para fumarnos unos cuantos cigarros…
conversamos, nos contamos varias historias, reflexionamos,
nos reímos y no estuvimos a punto de llorar…
después de varias horas,
tomo su cartera, se despidió y antes de marcharse
me dijo que cuando la volviera a necesitar la llamara…
se fue con el viento, llego el amanecer…
de nuevo se escuchaban los carros en las avenidas
Ella... mi alivio, mi confesionario, mi paz…
no hay mejor amiga, que la Soledad…
Si la ves de ese modo seguro no hay mejor amiga.
ResponderEliminarSaludos cordiales,
Me gustó mucho tu texto.
...me gustó mucho, Ale!!!
ResponderEliminarEn la soledad es donde mejor nos conocemos; no estoy diciendo que la soledad sea el mejor estado (excepto por decisión propia), pero siempre es bueno estar todos los días un ratito en soledad, a ella no la engañamos, y nos responde sin diplomacia.
Un besote ;)